domingo, 14 de julio de 2013

No hay de qué presumir

El fracaso rotundo de las políticas educativas se ve en sus resultados.

El pobre desempeño de los estudiantes graduados de diversificado –quienes fracasaron en las pruebas de matemática y lectura de manera abrumadora (93 y 75.5 por ciento respectivamente) es una alerta urgente para las autoridades educativas, quienes deberán tomar medidas y revertir la situación a corto y mediano plazos.

Este indicador, ilustrativo de cuán bajo es el nivel de la enseñanza en Guatemala, constituye una evidencia del precario nivel de competitividad del trabajador guatemalteco en un mundo cada vez más inclemente con las debilidades humanas y con la mediocridad de los sistemas de enseñanza pública y privada.

De ahí que la capacidad generadora y creativa de la fuerza laboral local es puesta a prueba contra países de la región como El Salvador o Costa Rica, cuya población juvenil obtiene mejores herramientas, saliendo del nivel medio capacitada de manera ventajosa para enfrentar los mercados y optar a mejores oportunidades de desarrollo en cualquier actividad productiva.

Con estas calificaciones académicas, el futuro no parece ser muy prometedor para un estudiante recién graduado y listo para entrar a la universidad o apostarle a un empleo de tiempo completo. Si ingresa a la universidad en esas condiciones tan desfavorables, parece difícil que llegue a convertirse en un profesional competente, capaz de enfrentar los retos de la tecnología avanzada en el campo laboral actual. Si decide, en cambio, buscar un trabajo que le dé lo suficiente para vivir, no tendrá las mismas oportunidades de quien ha coronado sus estudios con éxito y altas calificaciones, optando por el mismo puesto.

Este estudio, realizado por el Mineduc en establecimientos públicos y privados de todo el país y el cual refleja los resultados de 2012, muestra también y de manera muy particular, la necesidad de capacitar a los maestros, quienes en evaluaciones anteriores han mostrado tantas debilidades como sus alumnos. Aquí se plantea nuevamente el conflictivo tema de la eliminación de la carrera de magisterio con la intención de darle nivel universitario, lo cual hipotéticamente tendría incidencia en la calidad de la educación desde los primeros años de primaria.

Pero este fracaso no es una novedad. Los resultados de años anteriores fueron bastante similares con la excepción del período 2007-2009 cuyos porcentajes fueron francamente impresentables. En 2008, por ejemplo, solo 3.5 por ciento pasó las pruebas de matemática y 7 por ciento las de lectura. Es decir, no ha habido ningún esfuerzo sostenido por cambiar esta tendencia y tampoco se ha enfrentado el problema de manera integral, con políticas efectivas y con visión de futuro.

Esto coloca a la niñez y juventud del país en una situación de completa desprotección y desventaja para enfrentar los años venideros. Es importante recalcar, además, que el futuro de este sector es también el de Guatemala, país cuya deficiencia en la calidad educativa de su pueblo significa la baja respectiva en sus oportunidades de competir con éxito en el mundo globalizado y un descenso sostenido de la calidad de vida de sus habitantes.
(Publicado el 06/04/2013)

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