domingo, 14 de julio de 2013

A contracorriente

El generoso regalo de las componendas políticas: menos espacios para la mujer.

Las señales son nefastas. Se van cerrando los círculos y desaparecen por presiones políticas los espacios conquistados por medio de largas batallas de grupos organizados de la sociedad civil en los temas de derechos de las mujeres y combate al femicidio. Es así como Guatemala conmemorará el Día Internacional de la Mujer el 8 de marzo.

Algo huele muy mal cuando son mujeres instaladas en altas instancias de poder quienes luchan con mayor ahínco por neutralizar al sector femenino y quitarles sus escasas plataformas de desarrollo. Parece una estrategia perversa pero muy efectiva, ya que esas mujeres poderosas cuentan con la complicidad de quienes se han resistido a ceder espacios en los centros de toma de decisiones, como los dirigentes de los partidos políticos o los funcionarios más influyentes de los organismos del Estado.

Los intentos de eliminar la Secretaría Presidencial de la Mujer comenzaron con la decisión de cerrarle el paso a las organizaciones de mujeres en la propuesta de candidata para la dirección de esa instancia. Entonces, quedó a discreción del jefe del Ejecutivo quién sería la encargada de administrar las políticas desde esa posición. Luego, viene una ex presidenta de la Comisión de la Mujer del Congreso de la República y presenta un recurso de inconstitucionalidad, pidiendo a la CC declarar la supresión de la Seprem alegando que su existencia “contraviene el orden constitucional”.

Aun cuando el argumento de la diputada Delia Back puede ser técnicamente válido, resulta sospechoso que siendo la cabeza de la Comisión de la Mujer nunca pusiera el dedo en ese renglón, ahora tan importante para ella y sobre todo, para el partido Lider al cual pertenece. Es lamentable que el tema de la protección de los derechos de las mujeres dependa de caprichosos vaivenes políticos, transformándola en una herramienta de presión sin considerar para nada la enorme trascendencia de su papel en el diseño de políticas de desarrollo cuya incidencia es fundamental para el crecimiento económico y social de ese sector.

Estas acciones ponen en evidencia el desprecio de los politicos por la salud de la sociedad guatemalteca. Sus decisiones son erráticas y denotan una terrible inmadurez, toda vez van en la dirección contraria a las tendencias mundiales en cuanto a la incorporación de grupos minoritarios en el desarrollo de políticas públicas y en las estrategias para salir del subdesarrollo.

La mujer guatemalteca es un factor determinante para la recuperación de los valores democráticos, a la fecha debilitados hasta casi su extinción. La democracia descansa sobre la participación activa de todos los sectores de la sociedad en la toma de decisiones que afectan al conjunto. En Guatemala, hasta la primera vicepresidenta mujer que ha tenido este país trabaja contra iniciativas tan básicas como la paridad por cuotas dentro de la ley electoral y de partidos políticos, ya funcionales en muchos países desarrollados y en desarrollo. Si no vuelven sobre sus pasos y comienzan a trabajar en la dirección correcta, continuarán hundiendo toda esperanza de cambio. A menos, claro, que sea ésa su intención.
(Publicado el 04/03/2013(

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