sábado, 8 de agosto de 2009

El gran fiasco

El Presidente lo dijo: “no fue fuga de información, sino una falla de inteligencia” y probablemente tenía razón. El show fue digno de una cobertura de CNN. Dos helicópteros Chinook y 5 Black Hawk llenos de G.I.Joe armados hasta las cejas, más un nutrido contingente local integrado por elementos del Ejército, la Policía Nacional Civil y el Ministerio Público invadieron con todo su poder las mansiones zacapanecas de los Lorenzana, sólo para constatar que viven como monarcas africanos, rodeados de lujo, guardaespaldas y armas convenientemente registradas de acuerdo a la ley. Pero los hombres buscados por la DEA no estaban en casa. Buenos ciudadanos, habían salido a realizar sus labores diarias como honrados empresarios que son, según se desprende de las declaraciones de uno de ellos, el único que no tiene orden de detención. Así es que a los helicópteros, G.I.Joes, soldados, policías y fiscales no les quedó más que retirarse cabizbajos y avergonzados por su sonado fracaso, lamentándose de haber convocado a la prensa, la cual publicó el fiasco en grandes titulares. Varios días después del intento de captura de estos magnates orientales, uno de los temas que no parece despertar curiosidad es cuál habría sido el epílogo de la historia si la aventura hubiera tenido el éxito esperado. ¿Habrían sido entregados directamente a la DEA para ser juzgados en Estados Unidos? ¿Ya se dio curso a la solicitud de extradición o el trámite simplemente se obvia para garantizar que no se les escapen de las cárceles guatemaltecas? Mientras el gobierno trata de aminorar el golpe a su imagen tratando de justificar este sonado fracaso, surge otro escándalo que también involucra al narcotráfico y a las autoridades, con la desaparición de 300 mil dólares en otra requisa, en la cual estaría involucrado nada menos que el nuevo director de la PNC y/o alguno de sus subalternos. Tampoco olvidemos que está en el aire el tema del hallazgo de un suculento paquete de 590 mil dólares en un automóvil BMW, los que poco después resultaron ser algo así como 1 millón y medio. En conclusión, hay casi un millón de dólares adicionales desaparecidos por arte de magia en los bolsillos de algunos elementos uniformados. Habida cuenta de tan extrañas formas de realizar el trabajo para acabar con las redes del narcotráfico, es dable suponer que esas organizaciones no sólo se afanan en la decoración rococó de sus mansiones, sino también tienen la habilidad y la inteligencia para prever cualquier amenaza en su contra, aceitando de manera constante y generosa los mecanismos de seguridad del Estado y de administración de justicia. Por lo tanto, hay que coincidir con el mandatario guatemalteco en que aquí hubo una seria falla de inteligencia. De otro modo, Guatemala no estaría en la situación actual.

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