domingo, 17 de abril de 2011

De vallas y muppies

El mercadeo político es una cosa y violar la ley es otra: interesante ángulo de análisis.

Candidatos, pre candidatos, aspirantes a pre candidaturas y toda clase de personajes –incapaces, obviamente, de moderar su necesidad de protagonismo- saturan desde hace meses la disponibilidad de muppies y vallas panorámicas en todo el país. Los mensajes son de lo más variado: desde una propuesta extraída de la doctrina fascista hasta la promesa de un futuro mejor basado en la paz y la armonía, en ellas se encuentra de todo como si la política fuera un mercado de baratijas.

Algo que no se han puesto a pensar todos estos candidatos (y candidatas) al estrellato político es que al burlar la ley y hacer campaña anticipada están revelando su verdadera naturaleza y su flaco sentido de la ética. Si para hacerse imagen ¡y ni siquiera como candidatos oficiales! son capaces de desafiar al Tribunal Supremo Electoral y reírse de las normas impuestas por esa entidad, revelan cuán poco les importa el imperio de la ley y el respeto a la institucionalidad.

Entonces, si así actúan en su calidad de pre candidatos, ¿qué se puede esperar de sus acciones cuando ya estén montados en las alturas del poder? Muy fácil: lo mismo de siempre. Abuso de autoridad, desprecio por las normas jurídicas, irrespeto por la independencia de poderes y la misma clase de actitudes prepotentes y autoritarias de las cuales la ciudadanía ha tenido suficiente.

El desprecio por las reglas del juego es una práctica común entre los políticos. Sin embargo, llama la atención su falta de estrategia y la manera burda de comportarse en su afán por alcanzar el favor de los electores. En esta carrera, se revelan de cuerpo entero en su intención de barrer, literalmente, con todos sus adversarios, monopolizando cuanto recurso propagandístico se les ponga al alcance. Millones de quetzales circulan actualmente en un despliegue del cual resulta difícil sustraerse por lo abrumador de su presencia. Y esto, sólo en las vísperas. Será muy interesante observar lo que sucederá en cuanto baje la bandera y se inicie la carrera con la bendición del TSE.

Los acuerdos entre partidos, en este contexto, no prometen tener bases sólidas. En vista de estos prolegómenos se presume que la batalla será campal y sin heridos. Si los millones fluyen de manera tan abierta en los simples preparativos de la fiesta, sin duda en los próximos meses Guatemala verá correr torrentes de dinero de cuyo origen nadie podrá dar fe.

A estas alturas, el mayor de los peligros es la impotencia de la ciudadanía que ve surgir rostros, nombres, símbolos y promesas de personajes cuyo tránsito por cargos públicos no ha dejado buenos recuerdos o que, en el mejor de los casos, no ha dejado recuerdo alguno.

22.01.2011

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