sábado, 9 de mayo de 2009

El Mercadito

(Publicado el 20/04/2009 en Prensa Libre) En tiempos de vacas flacas, lo menos que se espera de las instituciones del Estado es un poco de solidaridad con la población. Es un mercadito modesto. Cada sábado, muy temprano por la mañana, comienzan a instalarse los puestos de los pequeños agricultores en una parte del estacionamiento frente a lo que fue el Comisariato del Ejército. Papas tiernas, lechugas frescas, elotes criollos, tomates y toda clase de verduras y legumbres salen de los canastos para exhibirse a los ojos de los clientes asiduos. Buenos precios y un poquito de regateo ayudan a más de un ama de casa a balancear su ya escurridizo presupuesto semanal. Pero no. Los supuestos dueños del terreno –es decir, el Ejército de Guatemala- desean limpiar el frente de sus instalaciones de la presencia de intrusos; así, estos pequeños comerciantes que se ganan la vida honradamente ofreciendo sus productos los sábados por la mañana, deben marcharse a otro lado, si es que pueden y, si no, también. Las razones aducidas por los encargados de comunicar la mala nueva a los vendedores no resultan muy coherentes. Aseguran que el ministro debe firmar el documento para autorizar esta pequeña feria. Pero el ministro aún no lo ha firmado. Como los afectados no tienen posibilidad alguna de escalar esa interminable y kafkiana pirámide burocrática, no tienen más opción que aceptar la razón por válida y resignarse a ser expulsados de su feria, a ver si logran conseguir otro sitio para instalar sus ventas. A simple vista, esta medida es tan injusta e innecesaria como cerrar la Escuela de Equitación –también del Ejército- para ceder esos terrenos al inútil Parlacén. En su momento, muchos alzamos la voz contra esa medida, por lo cual se espera un mínimo de sensibilidad en la institución castrense para ponerse en el lugar de este grupo de guatemaltecos esforzados que vienen a la capital en la madrugada, cargados de productos frescos para sus clientes. ¿Qué daño puede hacer al prestigio del Ejército de Guatemala alojar en sus terrenos –los cuales, por cierto, pertenecen a toda la población- a un pequeño mercadito cuyo único propósito es generar ingresos para familias pobres y beneficiar de paso a los consumidores de sus productos? Estas son las actitudes discriminatorias y difícilmente comprensibles que crean resentimiento y animadversión entre unos sectores y otros. Para los pequeños productores, la expulsión resulta un acto hostil por parte de una institución que los ha acogido durante varios años sin haberse producido problema alguno. Quizás quienes tomaron la decisión de barrer el mercadito, consideren adecuado “rescatar” este pedazo de pavimento con la intención de que nada obstaculice la perspectiva del frente de sus instalaciones. Sin embargo, desde la tribuna se ve distinto, se percibe como un gesto mezquino y poco solidario que en nada contribuye a reestablecer la paz entre hermanos, sobre todo en tiempos de tanta violencia y pobreza.

1 comentario:

  1. Con tristeza leo este post. Durante un par de años, colaboré con Mercados del Agricultor para montar las Ferias del Agricultor, que permiten a los pequeños productores vender directamente sus productos, obteniendo así precios justos por su trabajo. Este programa del Ministerio de Agricultura ayudó con estas ferias a productores y cómo usted bien dice, al presupuesto escurridizo de algunos hogares capitalinos. En su momento, el ministro de turno asignó un presupuesto modesto, pero efectivo para que se montaran estas ferias en el sitio que menciona y en la zona 6. Desconozco las razones por las que ahora el Ejército está retirando el permiso para usar su terreno, pero no puedo evitar preguntarme si es la falta de apoyo ecónomico de un MAGA que se ha vuelto invisible. No han ejecutado su presupuesto, me parece que con la intención de hacerlo llegar casi intacto al fondo común y así, reasignarlo el año próximo a la ya famosa Cohesión Social de Doña Sandra. No tuve más contacto con Mercados, pero si con Profruta y sé que ellos vieron recortado, de pronto, su presupuesto de 11 millones a 1. 10 millones menos. Así no se puede operar. Y el presupuesto del MAGA siempre fue de los más abultados, por lo que no será despreciable la cantidad que recojan al cierre del año, en el fondo común. Que pena por un programa, que a pesar de hacerlo a pequeña escala, representaba bienestar para productores y consumidores.

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